“Berazategui recicla”, pero los basurales a cielo abierto siguen sin ser remediados

Basural 172 y 21

Basural 172 y 21

La comuna lanzó el programa “Berazategui recicla” destinado a reducir el volumen de los residuos que se generan en el Distrito, intentando que el vecino separe en su hogar “solo” papel, cartón y plástico para que la comuna realice una recolección diferenciada de esos residuos, para su posterior reciclado.

Aunque la medida se presente como un adelanto, deja al descubierto ser más una medida económica que una solución a la grave situación sanitaria que vive Berazategui por los basurales a cielo abierto que la misma comuna crea en el distrito.

“Berazategui recicla” no se ocupa de los residuos que producen contaminación y enfermedades, sino que se preocupa de aquellos que son fácilmente comercializables.

Dicho programa plantea que sea el vecino quien separe solo esos tres elementos, papel, cartón y plástico, en bolsas distintivas provistas por la misma comuna para que después vehículos municipales lo recojan dos veces por semana para llevarlos a zonas de acopio que llaman EcoPuntos y que están diseminados en varias Sociedades de Fomento del distrito.

La propuesta sería una solución “real”, si se le agregara una bolsa identificatoria más, para que el vecino separe los residuos orgánicos, que son los que generan problemas de todo tipo, sobre todo si se entierran, como pasó en el Barrio Asunción, Plátanos Norte o El Pato, o como sucedió hasta hace unos meses en ese gran basural ubicado en 172 y 14, donde se elevó la cota de la tierra en más de 2 metros, con basura de todo tipo en una superficie de unas 5 o 6 hectáreas aproximadamente, y que afortunadamente la Justicia mandó a cerrar.

Por si fuera poco, dicho basural de 172 y 14 sepultó parte de los humedales allí existentes, un ecosistema rico en diversidad que genera muchos beneficios ambientales a la sociedad y donde se recarga el Acuífero Puelche, esa suerte de río subterráneo desde donde se extrae el agua que tomamos los berazateguenses.

El no tratamiento de los residuos orgánicos y su disposición en basurales a cielo abierto como realiza la comuna genera contaminación grave a las personas, provocando una infinidad de enfermedades, debido a los gases que la basura emana en su descomposición, junto a los terriblemente nocivos líquidos lixiviados que filtran hasta las aguas subterráneas.

Bueno es recordar los distintos tipos de contaminación que genera la basura domiciliaria arrojada en basurales a cielo abierto:

  1. Contaminación del aire

Por empezar contamina el aire con olores nauseabundos, pero cuando esos residuos comienzan a descomponerse generan 192 tipos distintos de gases, de los cuales el 60 por ciento de ellos son nocivos para la salud, como el metano, benceno, butano y tolueno, entre otros.

Y como siempre sucede, se realiza la quema de residuos domiciliarios para su reducción, que genera dioxinas, que son compuestos químicos llamados Contaminantes Ambientales Persistentes, que son formados a partir de sustancias que contienen cloro. Su degradación es muy lenta, con tiempos de vida media que van de los 2 hasta 170 años según el tipo de dioxina, aunque para algunas de ellas la degradación observada es nula.

La Organización Mundial de la Salud publicó en mayo del 2014 un informe llamado “Las dioxinas y sus efectos en la salud humana”, donde se asegura que “Las dioxinas tienen elevada toxicidad y pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario, interferir con hormonas y, de ese modo, causar cáncer”.

Pero lo que más contamina al aire y a la salud son las dioxinas que genera la basura en el momento que se la quema. Por eso, si hay algo que no hay que hacer es prender fuego la basura para su reducción.

         2- Contaminación de la tierra

La tierra donde se arroja la basura, sufre el escurrimiento de los líquidos lixiviados que contaminan todo a su paso. Esos jugos de la basura son terriblemente contaminantes durante los primeros 5 años (se llama “lixiviado joven”), ya que en los residuos conviven:

* Coliformes fecales, que provienen de pañales y excrementos de animales

* Bacterias y otros elementos patógenos, que se desarrollan durante la putrefacción

* Alta concentración de sales y amonio, que generan ese olor picante en la nariz

* Materia orgánica, de los restos de alimentos

*Metales pesados, provenientes de latas, pilas y baterías

Y en este punto nos vamos a detener: las latas que tiramos a la basura están fabricadas con estaño, cromo y cadmio, este último generador de problemas en la piel. Las pilas y baterías contienen mercurio, plomo y zinc, entre otras sustancias, que son compuestos cancerígenos. Distintos estudios aseguran que en la basura conviven alrededor de 200 compuestos tóxicos y cancerígenos. Además, los residuos acumulados sin control potencia la aparición de plagas, como pueden ser los roedores y alimañas, transmisores de enfermedades como rabia, hantavirus y leptospirosis, entre otras.

  1. Basural 172 y 21

    Basural 172 y 21

    Contaminación de las aguas superficiales y subterráneas

Todos los contaminantes mencionados entran en contacto con las aguas superficiales cada vez que llueve. Si la lluvia es muy fuerte esas aguas escurrirán hacia los arroyos y/o el río. O escurrirán lentamente hasta las aguas subterráneas, contaminando todo a su paso.

Por eso, hay que tener mucho cuidado con lo que hacemos en la superficie, porque que estamos parados sobre el Acuífero Puelche, un río semi-confinado desde donde se extrae el agua que tomamos todos los berazateguenses. Y todos los contaminantes líquidos existentes en la superficie, tarde o temprano se filtran hasta el Puelche.

La medida tomada por la comuna es una acción incompleta, más destinada a la comercialización rápida del papal, el cartón y el plástico recuperado, que a solucionar los problemas existentes con los Residuos Sólidos Urbanos que realmente contaminan, que son los residuos orgánicos… pero para eso, la comuna de Berazategui sigue sin proponer nada…

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