Cierran una tosquera pestilente, luego de protesta vecinal

La cava de Ezpeleta fue clausurada por la OPDS provincial

Un grupo de vecinos de varios barrios de Ezpeleta, partido de Quilmes,  cansados de oler pestilente e irritante decidió realizar una “reducción de calzada” como forma de protesta, en la Autopista Buenos Aires-La Plata, a la altura del arroyo Jiménez, justo enfrente de una cava privada. Allí, camiones municipales y sin identificar van y vienen y tiran cosas: según los administradores ramas y cascotes, según los vecinos de todo… Pero de lo que no hay dudas es que huele a excrementos y putrefacción… durante el día y la noche, afectando a varios barrios, según sople el viento.

Los lugareños se reunieron durante varias asambleas, realizadas en sucesivas semanas, hasta que dijeron basta y decidieron hacer el “achique” de la Autopista Buenos Aires-La Plata, fue acompañado por miembros del Foro Regional en Defensa del Río de la Plata, la Salud y el Medio Ambiente.

Los vecinos habían comenzado los reclamos en 2010, ante organismos nacionales, provinciales y municipales. Y siempre le contestaron con evasivas, sin resolver la cuestión de fondo. Allí el motivo de la bronca de la gente.

El sector sur de la apestosa cava, que se encuentra inundada, está lindera al Arroyo Jiménez. Allí van a parar 25 mil litros por hora desde la misma tosquera, que en su parte más profunda alcanza los 6 metros. Otro sector del mismo arroyo se encontraba como teñido de un blanco levemente verdoso: señales de desechos industriales.

A la hora de comenzado el achique, apareció un funcionario de la Municipalidad de Quilmes con promesas, que chocaron con vecinos indignados que necesitaban un interlocutor válido. Una hora después, se apersonó una inspectora de la Organización Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) que depende del gobierno bonaerense, escuchó a los vecinos y constató los olores nauseabundos: acto seguido, procedió a la clausura de la tosquera. Y todos festejamos… 

El martes 25, inspectores de la OPDS ingresaron a la cava y tomaron muestra de los líquidos lixiviados de la misma para analizarlos y determinar las sustancias que lo componen y si es nocivo para la salud o no. Y así determinar el origen del hedor.   Quilmes, en sus límites posee 27 cavas y si se las juntaran a todas se formaría un espejo de agua de 220.9 hectáreas. La tosquera en cuestión está ubicada lindera al Barrio Cooperativo y a cerca de veinte metros de la sede del Club de Fútbol Infantil Nuevo Ferro. Pero hay tres cavas más: dos consecutivas y una mayor del otro lado de la mencionada autopista.

Con imaginación, conocimiento, inversión y decisión política, las tosqueras abandonadas podrían transformarse en lugares de esparcimiento, donde se realicen prácticas deportivas como winsurf o kayak…o se podrían acondicionarlas para la producción ictícola o al menos, pesca deportiva… pero no se les ocurre nada…

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