Frigorífico Subpga. Cuando la desidia y el negocio pone en riesgo la salud de la gente

No todo es color de rosa en el Municipio de Berazategui, en cuestiones ambientales y sanitarias siguen mirando para otro lado, porque su objetivo es vender progreso con caminos que benefician al boom de los grandes negocios inmobiliarios. Mientras tanto en el Berazategui profundo existen focos de contaminación que pone en riesgo la salud de cientos de personas. Hasta cuando tanto desprecio por los trabajadores y sectores más humildes de la población.

Por aquí corren los desechos del frigorífico

La Cooperativa de Trabajo SUBPGA (Subproductos Ganaderos Argentinos) de los Trabajadores Limitada es quien administra la planta frigorífica ubicada en el partido de Berazategui, sobre las calle 108 entre 18 y 19, ocupando aproximadamente 8 hectáreas. 

El frigorífico SUBPGA fue propiedad de la familia Martínez Villanueva, durante varias décadas, quienes después de haber estado involucrado en un gran negocio con la Cuota Hilton, durante el 2005, comenzó un proceso de vaciamiento de la empresa, lo que continuó con un atraso sistemático en el pago de los salarios y el despido masivo en enero de 2006. 

La movilización de los trabajadores logró que en el mes de febrero el Ministerio de Trabajo obligara a la empresa a reincorporar a los empleados despedidos y a realizar un ajuste salarial. Esto llevó a que los propietarios inmediatamente presentaran la quiebra durante marzo de ese mismo año 

Desde ese momento, la totalidad de los empleados del frigorífico comenzaron un arduo camino con el objetivo de mantener sus fuentes de trabajo a través de la creación de una cooperativa. Allí se inicio un largo proceso de luchas que comenzó con la ocupación de la planta y la posterior desocupación por medio de las fuerzas policiales (abril 2006). 

Los trabajadores instalaron un campamento frente a las instalaciones durante varios meses, mientras iniciaban intensas negociaciones con el Gobierno Provincial que culminó con la aprobación de una ley de expropiación (13.481) que les cedió la propiedad, a título oneroso, a los trabajadores que se organizaron en cooperativa con la finalidad de mantener operativa la planta. Posteriormente se formó la Cooperativa de trabajo SUBPGA de los Trabajadores Limitada, la que a fines de 2006 reinició la faena. 

Esto debió ser una planta de tratamiento

Este frigorífico, hace más de 20 años, -recuerdan los vecinos del lugar-, dio los primeros pasos para la construcción de una planta de tratamiento de todos los residuos que la empresa genera, que por sus características y producción son de alto poder contaminante y de gran afectación a la salud. Esta planta nunca se hizo, ni cuando era de los Villanueva ni ahora que es una cooperativa. Queda el recuerdo de dos enormes pozos de 6000 m2 aproximadamente cada uno y otro un poco más pequeño. Todos ellos llenos de agua y basura convirtiéndose en un foco de contaminación e infección aún de desconocidas dimensiones (ver foto). 

 

Obra inconclusa para esconder la contaminación

Pero el foco principal de contaminación lo provoca el hecho de que los desechos de la empresa son arrojados a un sajón abierto que desemboca en el arroyo entubado que corre por debajo de la calle 110, paralelo al cementerio Israelí, y que desemboca en el arroyo Jiménez y por allí, obviamente, en el Río de la Plata. 

La municipalidad inicio obras en el mes de febrero para entubar dicho zanja, obra que está totalmente detenida, pero que de ser terminada solo menguaría los olores que padecen los vecinos de la calle 110 entre 14 y 19 y sus alrededores, pero no evitaría la contaminación del barrio, del arroyo y el río. 

Hace más de 20 años que los vecinos del lugar vienen realizando reclamos en diferentes niveles gubernamentales y nadie los escucha. 

Está claro que la cooperativa heredó el problema de los viejos dueños que los estafaron y que además siguen debiendo millones de pesos al Estado Nacional y Provincial, pero a pesar de ello el tema hay que resolverlo, y aquí es cuando surge la contradicción de gobierno ausente o gobierno presente, ya que una obra de esta características difícilmente la pueda encarar una cooperativa. De ser así, entonces será el gobierno provincial, quien deba financiarla. Lo que si está absolutamente claro es que no se puede seguir permitiendo que el barrio este lleno de ratas, moscas, olores y los vecinos estén sometidos a un aire absolutamente contaminado, con sus conocidos riesgos. 

Por si el problema no está claramente planteado, es bueno recordar que la agencia de investigación del cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a la contaminación del aire en las ciudades como un agente que produce cáncer en los seres humanos. Los hizo en octubre del año pasado después de que un panel de expertos revisara más de 1.000 estudios científicos en el mundo, llegando a la conclusión de que hay evidencias suficientes de que la exposición a la contaminación ambiental en espacios abiertos causan cáncer  de pulmón. Antes la OMS ya había probado que la contaminación  del aire también provoca enfermedades cardíacas y respiratorias. 

Kart Straif, titular de la agencia de la OMS afirmó que “la contaminación del aire es similar al que resulta de la exposición al humo del cigarrillo”, cuando explicó que la contaminación del aire a cielo abierto se la incluyó en el grupo 1, es decir que no hay dudas de que causa cáncer de pulmón. 

En el año 2010 se produjeron 223.000 muertes evitables por cáncer de pulmón en todo el mundo como resultado de la contaminación del aire, muertes que no se hubieran producido si los gobiernos tuvieran una política de control y acción directa para impedir tal contaminación, entre esos gobiernos sin dudas están los de la provincia de Buenos Aires y Berazategui.

 

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