Inundaciones. No es responsabilidad de la naturaleza sino de quienes priorizan el negocio por sobre la vida humana

Documento de InterCuencas – RRR

En la última semana fueron centenares de páginas, decenas de horas de radio y televisión para hablar y/o mostrar las consecuencias de las inundaciones de los últimos días. Por supuesto solo haciendo hincapié en algunos lugares de la zona costera del Río de la Plata, la cuenca  Matanza-Riachuelo, la Cuenca Reconquista y la Cuenca del Lujan, particularmente alarmados cuando el agua entró a la Cripta de la Iglesia del lugar. En los últimos días sumaron la sudestada. 

Salvo honrosas excepciones todo paso por mostrar escenas de calles y casas llenas de aguas. Es decir mostrar las consecuencias, sin apuntar a las causas. Echándole la culpa a la naturaleza y al indefinido cambio climático. 

¿Es por la lluvia que nos inundamos? ¿O hay otros factores que inciden en el fenómeno de las inundaciones?  En realidad es una sumatoria de múltiples causas: Falta de planificación urbana.  Falta de criterio de cuenca. Mega obras innecesarias y falta de criterios de inversión e intervención integral articulada.  Relleno de humedales y falta de espacios verdes contenedores de agua. Aumento de lluvias por el calentamiento global. 

A ello se debe sumar, la violación sistemática de los derechos marcados en el art. 28 de nuestra Constitución Provincial como la intangibilidad de las tierras públicas, sirgas y humedales, la falta de aplicación de la Ley de Bosques, de funcionamiento pleno de los Comités de Cuenca y de respeto a la legislación ambiental vigente a nivel provincial y nacional. 

La falta de planificación urbana es en realidad una planificación de mercado que silencia la propuesta de soluciones para las ciudades y urbes ya consolidadas, y hace excelentes negocios creando otras ciudades que se auto administran generando más brecha social y externalizando los costos ambientales que generan al ocupar los valles de inundación. La inexistencia de obras preventivas, los factores económicos que empujan a los más desprotegidos a vivir en las márgenes de los ríos y la construcción como hongos de barrios cerrados, producen un cóctel explosivo que nos empujan a un callejón sin salida. 

Aplicando una política de no ordenamiento territorial, se desencadena  la generación de problemas. Para dar solución a estos, se crea el  desarrollo de mega obras que, de planificarse de otra manera, no sería necesario realizarlas e invertir sumas millonarias. 

El problema no es que llueva más, ocurre que llueve de manera distinta y con mayor cantidad de eventos de gran intensidad sobre un uso indebido del suelo y modificación topográfica de los terrenos sin respetar el comportamiento natural de las aguas

Se están rellenando los valles de inundación, cuencas, humedales, bañados o zonas bajas, de los arroyos o ríos. Al rellenar estas áreas, estos dejan de cumplir las funciones y servicios ambientales que producen: mitigación de las crecientes de los ríos, retención de lluvias, absorción del dióxido de carbono -principal causa del calentamiento global- filtrado de aguas y recarga de acuíferos. Además de ser generadores de biodiversidad vegetal y animal. 

Hace más de treinta años estas zonas consideradas terrenos «inútiles» se están interviniendo para hacerlos «útiles», para todo tipo de negocio.

La vieja política de ubicar los “rellenos Sanitarios» de la CEAMSE, o las obras de las nuevas plantas de tratamiento de residuos municipales en los valles de inundación de las diferentes Cuencas, es una política que no se ha modificado. 

 Los ríos y arroyos entubados que conducían las aguas de las lluvias ya no cumplen su función, lo mismo sucede con los valles de inundación. Todo confluye para mostrar falta de política pública urbanística. Las autopistas realizadas sobre terraplenes se han transformado en diques  impidiendo el escurrimiento natural de las aguas a las zonas de drenaje. Los Parques industriales que rellenan las zonas bajas para instalarse. El relleno con basura y escombro de las orillas de los arroyos. El relleno de zonas de humedales para la instalación de barrios cerrados (como en el caso de la cuenca del Lujan, se han rellenado más de 7000 Ha. para emprendimientos de barrios cerrados y el ejemplo del barrio San Sebastián haciendo de tapón e impidiendo el escurrimiento de las aguas). 

Todo es un conjunto de acciones generadas por el hombre y causales de los problemas que como siempre pagan los más desprotegidos de nuestra enferma sociedad, pero convengamos que quienes son funcionarios públicos  no pueden echarle la culpa a la lluvia cuando en realidad son décadas de mirar para otro lado sin controlar y velando por los negocios de unos pocos que perjudican a millones. Poniendo en evidencia al sistema político institucional vigente la ineficiencia para resolver situaciones ambientales dramáticas 

Desde el Espacio InterCuencas, y las organizaciones que lo integramos, venimos coordinando acciones, información y compartiendo experiencia, buscando la integralidad de las cuencas como sistema único, como unidad geográfica indivisible y por tanto,  reclamando la articulación, integración e interrelación interinstitucional de los organismos públicos de toda la región. La hora reclama que: 

* Se declare la emergencia ambiental que frene todo desmonte y destrucción de los humedales.

* La detención inmediata de todo movimiento de suelo en Valles de Inundación, particularmente en las costas del Río de la Plata  y en el Delta del Paraná y sus ríos.

* Evaluaciones de impacto ambiental (EIA) de cada obra previa a la toma de decisiones, y el acceso a la información para la sociedad. 

 

InterCuencas RRR
3 de Noviembre de 2014

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