Berazategui vive actitudes represivas similares a la de los años de la dictadura militar

En la madrugada del lunes 27 de mayo volvieron a ser ocupadas por 300 efectivos de caballería e infantería, de la policía bonaerense, y la gendarmería nacional las calles del barrio San Francisco de Berazategui, lugar donde se encuentra instalada y en funcionamiento la subestación eléctrica Rigolleau. Subestación que no cuenta con el acuerdo de los habitantes de la zona –requisito que requiere cualquier obra pública nacional o provincial-, instalación que fue resistida por los vecinos durante los últimos 10 años, resistencia que nos valió brutales represiones y dos copamientos del barrio, con vallado de sus viviendas incluido.

Esta subestación caprichosamente instalada en pleno casco céntrico de Berazategui, alimentada por dos ternas de 132.000 voltios, se convirtió en una maquinas silenciosa de enfermedad y muerte, por ello ha generado resistencia en la población, que conoce las pruebas irrefutables de estos daños en la población lindera a la subestación Sobral de Ezpeleta que de similares características a esta, ya ha ocasionado 170 muertos y más de 120 enfermos en los alrededores de la misma.

Las investigaciones nacionales e internacionales sostienen que los campos electromagnéticos por sobre 0,3 microteslas (unidad de medida del electromagnetismo) son perjudiciales para la salud, por ejemplo duplicando el riesgo de contraer leucemia infantil, tal como lo reconoce la propia OMS en una publicación sobre este tema del año 2005.

El ENRE (Ente nacional de regulación de la energía) reconoce que estas subestaciones como la Rigolleau emiten 5,5 microteslas, es decir 1800 veces más que el límite sobre el cual los seres humanos nos enfermamos.

Las enfermedades que producen son distintos tipos de cáncer, leucemia linfática aguda, infartos masivos, trastornos metabólicos, alteraciones de glándula tiroides, trastornos del sueño, taquicardias, entre otros. La población en riesgos son particularmente los niños y ancianos y todo aquel propenso a contraer las enfermedades que genera este mal invisible y silencioso.

El debate está sobre cuál es el límite que tolera el cuerpo humano, el ENRE sostiene que este nivel de 5,5 nos daña la salud pero para eso se basa en una norma técnica y no sanitaria que habilita hasta 25 microteslas en este país.

La realidad es que desde el lunes 27 se ha redoblado el accionar de protesta y resistencia de los vecinos afectados con la instalación de esta fábrica de dolor y muerte, acompañados de estudiantes y organizaciones sociales, ambientales, culturales y de derechos humanos de Berazategui, respaldados con la solidaridad activa de diputados nacionales y provinciales, concejales de distintos Distritos bonaerenses, dirigentes políticos y sindicales, etc.

Como parte de estas acciones el miércoles 29 se realizó una marcha con el objetivo de evitar la invisibilización a la que nos somete la prensa cómplice del municipio, o de la empresa, y se recorrió las calles céntricas de la ciudad.

La marcha hizo una primera parada frente a la puerta de acceso a la fábrica Rigolleau, cómplice silencioso de la instalación de la subestación que lleva su nombre, tanto por que se beneficiará de la energía que esta planta transforme, como por sus relaciones con el gobierno municipal y su pertenecía a la clase de quienes solo les interesa atesorar más capital y obviamente no les interesa la salud de sus trabajadores y mucho menos los vecinos que habitan en la región.

A la empresa Rigolleau se le reclama que hable claro. Que asuma su participación en la obra y le diga a la población cuales son los beneficios que recibe. Que no se esconda detrás de una maraña de complicidades. Lo único que se recibió a cambio fue el intento de agresión a un joven estudiante por parte de un patovica de la empresa, hecho que no pudo consumarse por la inmediata intervención de los manifestantes.

Luego la marcha recorrió el centro de la ciudad hasta llegar a la Municipalidad, con el vano intento de conversar con algún funcionario, pedir explicaciones e informar a las autoridades de la paradoja de que en un barrio sitiado por 300 policías haya ocurrido cuatro asaltos violentos a punta de pistola a metros de la subestación.

 No está demás recordar que en los últimos 8 años nunca fuimos recibidos y cuando lo hicieron el intendente del momento, el actual Secretario de Medio Ambiente nacional, Juan J. Mussi, se comprometió a acompañar a los vecinos, incluso hasta estamentos internacionales, y no solo no cumplió sino que habilitó las obras civiles que son de responsabilidad municipal, poniendo así en funcionamiento toda la complicidad judicial que se había montado y sigue montada.  

 La movilización, integrada fundamentalmente por mujeres con sus niños pequeños, abuelos, jóvenes y vecinos que reclaman el cierre y traslado de la subestación, fuero agredidos por decenas de policías no identificados que se encontraban apostados en el Municipio para defender vaya a saber que oscuros intereses. Como resultado del accionar de esta patota, que intentó impedir el derecho a peticionar, se produjo un forcejeo entre la policía no identificada y quienes querían impedir ser agredidos, resultando golpeados una mujer y un niño de tan solo 7 años de edad.

Frente a la Municipalidad

 Es por ello que junto a las organizaciones participantes y los vecinos del Barrio San Francisco:

 Repudiamos fervientemente el accionar patotero e ilegal de la policía de la comisaría primera de Berazategui que no sólo no atiende a los vecinos que piden conocer quien autorizó semejante mega operativo policial en el barrio, sino que cuando se piden explicaciones se reciben golpes.

 Denunciamos que en 48 hs se registraron en ese mismo barrio sitiado por la policía 4 hechos violentos en “entraderas” de viviendas y robos de autos. 300 policías apostados en un barrio y les roban en las narices: ¿comisario Ocampo es esto mucha ineficiencia o mucha complicidad?

 Denunciamos esta situación irregular como apremios dirigidos a los vecinos de un barrio que pretenden desmovilizar para concretar sus negocios a costa de la vida de nuestros pibes.

 Exigimos el desalojo de las fuerzas policiales del barrio San Francisco de Berazategui y el cierre y traslado de la subestación Rigolleau, antes que la misma enferme y mate a los vecinos como lo hace desde hace 20 años la subestación Sobral de Ezpeleta, donde cientos de mujeres, hombres y niños murieron a causa de la contaminación electromagnética.

NO A LA MILITARIZACIÓN DEL BARRIO SAN FRANCISCO

 CIERRE Y TRASLADO DE LA SUBESTACIÓN RIGOLLEAU

 ¡¡LA SALUD SE DEFIENDE, NO SE NEGOCIA!!

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