Otra Audiencia Pública para cumplir con la parte burocrática de una Ley

Después de años de promesas incumplidas el Gobierno nacional parecería que se dispone a iniciar mejoras en el Ferrocarril Roca, electrificando el ramal Constitución – La Plata. 

La Oficina Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) convocó para el próximo 6 de junio a una Audiencia Pública Ambiental para el proyecto denominado “Subestación Transformadora Quilmes” para la alimentación eléctrica de este ramal ferroviario. Subestación que se proponen construir en medio de la ciudad, demostrando que no aprendieron nada o quizás que la consigna es burlarse de la gente. 

Como no puede ser de otra manera la convocatoria ya viene cargada de anormalidades, una de ellas es que los anexos donde está la información ambiental del emprendimiento no se puede consultar por Internet, misteriosamente no abren los archivos. 

Nos oponemos a esta subestación debido a que no se fundamenta ambientalmente porque ese es el lugar elegido y no otro, alejado de núcleos poblados. Nos oponemos porque lo presentado es de orden técnico, sin medidas ambientales y sanitarias. Queremos saber cuál es la distancia que habrá entre los transformadores y el primer lugar sensible (lugares donde la gente estará sometida permanentemente a la radiación electromagnética); cuales son las medidas que se tomarán para evitar que a esos lugares llegue más de 0,3 microteslas, para así evitar enfermar a la gente; de donde se traerá la alimentación eléctrica y como se protegerá a los vecinos de los efectos del electromagnetismo en el trayecto del tendido de cables. 

Otra obra más donde no se tendrá en cuenta el principio precautorio que marca la Ley del Ambiente de la Nación y otras leyes provinciales. Nuevamente la prevención sanitaria no existe para las autoridades, cuando se habla de obras eléctricas.  

Decenas de estudios internacionales como: la resolución de Viena (1998), declaración de Salzburgo (2000); declaración de Alcalá (2002), resolución de Catania (2202); llamamiento de Helsinski (2005), resolución de Benevento (2006 y 2008), Convención Internacional de Würzburg, Alemania (2010); Resolución de Copenhague (2010); Declaración de Seletun, Noruega (2011), probaron que por encima de 0.3% microteslas se expone a la población a graves riesgos para su salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), ha clasificado -en el año 2002- a los campos electromagnéticos como “posibles cancerígenos en humanos (grupo 2b)”, especialmente leucemia infantil. 

Estudios realizados por la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, en el barrio donde se encuentra instalada la subestación de Sobral (Ezpeleta) refuerzan todos los estudios del Dr. Raúl Montenegro y explican algunos de los motivos por los que en su momento se enfermó parte de la población lindera. 

En 10 años de lucha en el barrio San Francisco de Berazategui, donde instalaron -apoyándose en una brutal represión- la Subestación eléctrica Rigolleau y en contra de la opinión unánime de los vecinos y organizaciones sociales que se oponían y oponen a su instalación, mostraron que no hay interés legítimo en debatir la viabilidad de subestaciones eléctricas en los cascos céntricos de las ciudades, sin ningún tipo de medidas precautorias. El caso de Quilmes lo confirma y reafirma. 

En 15 años la ciencia avanzó a pasos agigantados, pero el Estado en lo que a contaminación electromagnética se refiere se sigue manejando con caducas normas técnicas que ignoran el cuidado de la salud y el medio ambiente. 

Las familias de los 170 muertos en Sobral aún esperan Justicia.

No hay progreso si es en base a la salud de la población

 

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