Sobre la decadencia ambiental de la región
Agua subterránea, Bosques nativos, humedales vs. basurales a cielo abierto y desarrollos inmobiliarios
Nadie pone en discusión las funciones vitales que aportan los bosques nativos a los conglomerados urbanos… tampoco se pone en duda los servicios ambientales que aportan los humedales a la sociedad. Ni hablar del agua como recurso humano y como elemento indiscutido de vida. Sin embargo, cada vez son menos las hectáreas preservadas de bosques y humedales en la región, a manos de los emprendimientos inmobiliarios del tipo countries y barrios cerrados y de obras de infraestructura pública, que atentan directamente sobre esos ecosistemas.
Sobre los basurales a cielo abierto, tampoco quedan dudas: contaminan el aire con los gases que desprenden en su descomposición, y contaminan la tierra y las aguas superficiales y subterráneas con los líquidos lixiviados que liberan en su fermentación. Sin embargo, entes públicos y privados demuestran su desprecio al hábitat, en cada basural a cielo abierto, donde se pone en jaque el aire, la tierra y el agua, sin contar a todos los que habitan alrededor de cada montaña de residuos domiciliarios.
Todos los cambios en el uso de la tierra que se están dando en los distritos de Avellaneda, Quilmes y Berazategui, condicionan las discusiones actuales sobre la Ley Provincial de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, ya que se están exterminando ambientes naturales por priorizar los negocios inmobiliarios de los privados.
Es necesario que se discuta el uso de la tierra, pero con un criterio conservacionista, teniendo en cuenta los hechos recientes, donde los procesos de deforestación generaron inundaciones fatalmente descontroladas, como quedó demostrado en La Plata y Luján, y donde se respeten las cuencas de inundación de ríos y arroyos, entre otras cuestiones.
La prepotencia inmobiliaria de los privados
Los municipios que tienen como límite las costas del Río de la Plata (Avellaneda, Quilmes y Berazategui) sufren la prepotencia que los emprendimientos inmobiliarios, que los arrasan sin miramientos, amparados por los jefes comunales de esos distritos, y con el aval de distintas oficinas gubernamentales de la provincia de Buenos Aires.
En Avellaneda y Quilmes, el exclusivísimo megaemprendimiento inmobiliario “Nueva Costa del Plata” será construido por Techint, la misma empresa que operó en la Ceamse, causando la desaparición de bosques nativos ribereños, humedales y vidas humanas, como se leerá más adelante, en esta misma nota. El lugar elegido por Syusa, empresa subsidiaria del grupo Techint, es la zona costera que hasta ahora se mantiene virgen, más precisamente sobre los humedales y bosques ribereños que quedan.
Los bosques nativos ribereños y humedales de esa zona de Avellaneda y Quilmes fueron rellenados con basura de todo tipo, gracias a la Ceamse, ese engendro creado durante los años de plomo, que concentró olores nauseabundos, contaminación y muerte, y que funcionó como un basural a cielo abierto (aunque lo llamaban “relleno sanitario”) desde 1978 hasta 2003.
Con el paso del tiempo, las denuncias de los vecinos sobre enfermedades y muertes, sobre todo visualizada por las Madres de las Torres, familiares de las víctimas del cáncer que vivían en las Torres de Wilde, frente al mencionado Ceamse, terminó con uno de los basurales a cielo abierto más grande de la Argentina. Sin embargo, aún hoy un grupo de trabajadores intenta mitigar los efectos de la basura, captando los ríos de líquidos lixiviados (los terriblemente tóxicos jugos de la basura), forestando, etc.
En Berazategui, también se da la prepotencia de los emprendimientos privados, como Lagoon Hudson y Puerto del Plata, en la amplia zona delimitada entre la autopista y el río, en la localidad de Hudson, donde se están desarrollando, sobre esa depresión llamada “humedales”, acercándose lenta y peligrosamente a los bosques nativos ribereños. Lo que se puede apreciar, hasta ahora, es que allí se está realizando uno de los mayores movimientos de tierra que sufrió Berazategui en toda su historia. Retroexcavadoras, niveladoras y demás maquinaria pesada, extraen y distribuyen tierra y tosca de un lado para otro. Ya se elevó la cota de la tierra en más de 2 metros, con lo que sepultaron una parte de los humedales y, con ello, su función vital en el ciclo hidrológico de esa región, como se explicara más adelante.
Bueno es recordar que también en Hudson, el countrie Greenville realizó la depredación de bosques centenarios, donde se puede apreciar que la planificación final del emprendimiento contempla el aniquilamiento de un 75 a 90 por ciento de los bosques naturales existentes en esa zona.
Un Estado al servicio de los privados
Una mención aparte merece la obra de infraestructura realizada por la Municipalidad de Berazategui en la ribera de Hudson: lo que empezó con el desmonte ilegal y violatorio de la Ley 26.331 de Protección de Bosques Nativos, de una franja de Selva Marginal Ribereña de alrededor de un kilómetro de largo por 30 a 40 metros de ancho, desde la calle 63 hacia el countrie Puerto Trinidad, terminó en la construcción de una calle y un murallón de más de tres metros de altura, que impide que el agua circule y, con ello, condena a esos ecosistemas a la inanición hídrica, que impedirá que dicha selva se regenere y que el humedal se seque, y que muchas especies no sobrevivan a la falta de agua.
Esa zona fue tipificada como “Bosque Ribereño o Selva Marginal” por la mencionada Ley de Bosques, siendo incluida dentro de la categoría I y señalada con rojo, en el marco del proceso de ordenamiento territorial de los bosques nativos, ya que es considerada como una zona “intocable”, que deberá preservarse sin sufrir ningún proceso de deforestación. Además, el artículo 8 de la Ley 26.331 establece que “no se pueden autorizar desmontes ni ninguna otra modificación de uso del suelo hasta tanto no se finalice y apruebe el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos”
De este modo, el poder público realiza una obra de infraestructura que permite a los barrios privados interconectarse entre sí y con la Autopista Buenos Aires-La Plata, además de construirles un dique para que el agua no los afecte, interrumpiendo el ciclo hidrológico que se da en ese ecosistema y exterminando bosques nativos y humedales, y toda la flora y fauna que albergan.
La Ley de Reordenamiento Territorial Bonaerense
En estos días diversas organizaciones sociales, ambientales, culturales y de derechos humanos venimos dando una dura batalla para impedir que se convierta en ley el proyecto que tiene media sanción del Senado de la provincia (A-1/15-16) que de convertirse en ley además de ser una norma inconstitucional por violar la Ley Nacional de Bosques por ser más permisiva que la ley nacional, no privará a los bonaerense de casi el 50% de nuestros bosques.
En nuestra región abrirá todas las puertas a los negocios inmobiliarios mencionados y pondrá en riesgo de desaparición la Selva Marginal, los humedales y los Bosques ribereños de Hudson.
Basura y más basura
Parecía que la lección sobre el enterramiento de residuos y todo los males que genera a su alrededor había sido aprendida por quienes deberían velar por la salud pública. Sin embargo, no es así… en Berazategui los basurales “oficiales” son “la manera” de tratar los residuos domiciliarios.
Hoy día, en Berazategui, la basura enterrada sin ningún control ni miramientos por las autoridades públicas, en un acto de plena ilegalidad, terminó con al menos 6 hectáreas de humedales, que quedaron sepultados por al menos tres metros de residuos sólidos urbanos (RSU), en el basural a cielo abierto ubicado en 172 y 21. Hace unas semanas, la Justicia convalido el reclamo del Foro y mandó a cerrar el basural.
Antes que se creara dicho basural, la misma Municipalidad de Berazategui enterró durante años basura de todo tipo en Plátanos Norte, exterminando un humedal y rellenando una cava con residuos, afectando a cientos de familias, además de Jardines de Infantes, Sociedad de Fomento, Clubes de Fútbol, entidades religiosas que estaban asentados a metros del basural ilegal, pestilente y nocivo para la salud. Un relevamiento realizado por los mismos vecinos y acompañados por el Foro de la Niñez y por el Foro Regional en Defensa del Río de la Plata, la Salud y el Medio Ambiente reveló que existían infinidad de afecciones dérmicas y respiratorias, sobre todo en niños que vivían alrededor del mencionado basural.
En la zona ribereña de Bernal, a metros de la colectora de la Autopista BsAs–La Plata, en la bajada de Bernal, también se dan procesos de deforestación de los bosques centenarios: hace unas semanas, se talaron unos 4 mil metros cuadrados de bosques nativos para “crear” un lugar donde el Municipio de Quilmes tire las ramas de poda que recolecta… Bueno es recordar que la Ley Nacional 26.331 antes mencionada impide todo tipo de proceso de deforestación en esa zona ribereña.
La Asamblea “No a la entrega de la costa” de Quilmes-Avellaneda que defienden desde hace años esa Reserva, denunció públicamente el hecho, y ya comenzaron con una campaña de remediación de la zona arrasada por las autoridades municipales quilmeñas. Los integrantes de dicha asamblea responsabilizaron al municipio de Quilmes y la Subsecretaria de Medio Ambiente por permitir el desmonte realizado y por seguir permitiendo el relleno del humedal, pese a que dicha área está protegida por la Ley Nacional de Bosques Nativos.
¿Y dónde está el negocio?
Si tomamos el caso de Berazategui, en vez de trasladar cerca de 200 toneladas diarias de basura desde ese distrito hasta la Planta de Transferencia ubicada en Almirante Brown y pagar el canon que fija el Ceamse por tonelada depositada, más el combustible para el traslado de esa basura y las horas extras pagadas a los trabajadores, las autoridades públicas de Berazategui los manda a depositar en la zona ribereña de Berazategui, donde no paga un peso por deposición por tonelada, y no tiene que trasladarla al otro lado de la ciudad… Allí está el negocio, a costa de los espacios naturales y la salud de los vecinos.
¿Y qué aporta un humedal… cuál es el beneficio ambiental que brinda su existencia?
Los humedales regulan los procesos hidrológicos y ecológicos de una región, donde, además, convive una gran diversidad biológica. Junto con el bosque ribereño y el río, conforman un mismo ecosistema. Almacenan agua superficial y actúan en la recarga y descarga del acuífero Puelche, ese río subterráneo y semi confinado desde donde la Municipalidad de Berazategui extrae el agua que toma todo Berazategui, a excepción de El Pato, donde en pleno siglo XXI su población no cuenta con agua corriente de red.
Los humedales actúan como una esponja, previniendo y mitigando inundaciones, además de ser zona de recarga y descarga del agua subterránea. Las plantas y los suelos de los humedales poseen la particularidad de eliminar las altas concentraciones de nutrientes tales como el nitrógeno y el fósforo, jugando un papel fundamental en los ciclos de la materia y el mantenimiento de la calidad de las aguas a través de la retención, transformación y transporte de sedimentos, nutrientes y contaminantes.
Este proceso es importante porque permite prevenir el agotamiento de oxígeno, por el rápido crecimiento de plantas y algas y el arribo de nutrientes a las aguas subterráneas u otras fuentes susceptibles de ser aptas para el consumo humano; como es el Río de la Plata en donde están instaladas las tomas de agua de las Plantas Potabilizadoras Manuel Belgrano en Bernal (Partido de Quilmes), de donde se extrae el agua para consumo de millones de habitantes.
Además, los humedales tienen efectos microclimáticos y macroclimáticos beneficiosos por evapotranspiración que mantiene los niveles locales de humedad y de precipitaciones pluviales, además de ser reguladores de temperatura evitando la elevación de la misma, lo que los técnicos comparan como los “aires acondicionados naturales” de los centros urbanos. Los humedales son un elemento vital de la respuesta a la crisis del agua por constituir una fuente vital de cursos sanos y sostenibles a largo plazo.
Según la Convención Internacional sobre Humedales (Convención de Ramsar) un humedal es “una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan”. Se consideran humedales, a “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces o saladas” que “podrán comprender sus zonas ribereñas o costeras adyacentes”.
Solo una acción enérgica, no sólo declamativa, de la sociedad en su conjunto le podrá parar la mano a los intereses especulativos, nos pondrá a resguardo de ellos e impedirá se avance de manera irremediable hacia un futuro incierto.